Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento)-. Surgen
en la niñez, crecen en la adolescencia, maduran antes de los treinta años y
suelen ser incontrolables después de los cuarenta. El mayor problema es que no
se atienden a tiempo.
Julián
R.R. –de cuarenta años fue detenido por agredir con un hacha a su esposa
–Mireya S.S. –cuando salió de su casa, acompañada por un amigo que la llevaría
al trabajo. La causa: “una cuestión de celos”, según contó después la victima.
Era la primera vez que su marido tenia actitudes violentas hacia ella, aunque
desde novios había mostrado sus celos, por fortuna, la agresión no paso a
mayores pero, en muchos casos, la maraña de los celos atrapa de tal modo a sus
victimas que todo acaba en tragedia
Ardores inconscientes
Los
celos mórbidos no tienen sexo son un martirio lo mismo para mujeres que para
hombres.
Amargo pastel
Para
muchas parejas, la madeja de los celos empieza desde el noviazgo pero, a partir
de la boda la desconfianza crece en los celos. Que no se conforma con espiar
las acciones de su pareja: también desea controlar sus pensamientos.
La
celotipia no sólo la padecen los hombres. Existen también mujeres celosas la
mayor diferencia s el tipo de agrecidad que se da. Mientras ellas recuren a
formas veladas, pasivas, en las que predomina el chantaje personal (por
ejemplo, amenazas de suicidio), ellos llegan con mayor facilidad a la violencia
física
¿Qué
son los celos?
Constituyen
un estado emotivo caracterizado por los
motivos sentimientos de desconfianza y de sospecha que experimenta
alguien en sus relaciones con las personas amadas. Etimológicamente, el vocablo
celos proviene del griego zeo “yo hiervo, ardo”, y describe precisamente el
“ardor” emotivo que provocan.
Según
los sicólogos en toda relación de pareja, ambos tienen relaciones celosas que
podrían calificarse de “normales”. Sin embargo, dejan de serlo y alcanzan la
categoría de patológicas cuando se convierten en una obsecion.
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