martes, 30 de diciembre de 2014

Por qué es mejor leer un libro de papel que uno electrónico antes de dormir *La Granada*

Si eres de los que se acurrucan en la cama con un libro electrónico para una buena sesión de lectura antes de dormir, podrías estar dañando tu patrón de sueño y en consecuencia tu salud.
Si puedes, mejor agarra un libro tradicional, aunque te parezca un rollo eso de pasar hojas…
Esa es la advertencia que acaba de hacer un equipo de investigación de la escuela médica de Harvard, en Estados Unidos.


Encontraron que las personas que utilizan libros electrónicos con luz integrada o retroiluminados tardan más en dormir, lo cual deriva en una peor calidad del sueño durante la noche y en un mayor cansancio por la mañana.
El hallazgo no sólo se aplica en el caso de los libros electrónicos sino también en computadoras, tabletas y celulares, que producen una luz similar.
La clave está en lo que se denomina “luz azul”, el tono con el que percibimos la longitud de onda de la iluminación de los dispositivos electrónicos y las pantallas LED.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El problema de la “luz azul”
Los investigadores hicieron análisis de sangre regulares que demostraron una reducción en la producción de melatonina cuando leían libros electrónicos.
Según expertos, la gente debería minimizar la exposición a esta luz durante las horas antes de acostarse.
Nuestros cuerpos están sintonizados con el ritmo del día y la noche mediante un reloj interno que se guía por el ciclo de luz y oscuridad del planeta.

La luz emitida por la mayoría de los dispositivos de lectura electrónica brilla directamente hacia los ojos del lector, mientras que desde el libro impreso o el Kindle original, el lector sólo está expuesto a la luz reflejada de las páginas del libro
Pero la luz azul puede desorientar ese reloj: su presencia hacia el final de la tarde puede desacelerar o interrumpir el proceso de producción de melatonina, una hormona que responde a los cambios en la iluminación ambiental.
Los niveles de melatonina varían mucho a lo largo del día.
Cuando el cuerpo libera melatonina, hacia la noche, uno empieza a sentir ganas de dormir.
Los niveles de melatonina también actúan como un despertador natural, que es lo que nos desorienta cuando viajamos entre diferente zonas horarias y nos provoca el jetlag.

Si los niveles de melatonina son bajos cuando nos acostamos, aún cuando estémos muy cansados será imposible dormir.
Para la investigación del equipo de Harvard, 12 personas estuvieron dos semanas encerradas en un laboratorio de estudio de sueño.
“Se ha demostrado que la deficiencia de sueño aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes y cáncer”, dijo Charles Czeisler, el líder de la investigación.
Pasaron cinco días leyendo libros de bolsillo y cinco días leyendo en una tableta iPad.
Los investigadores hicieron análisis de sangre regulares que demostraron una reducción en la producción de melatonina cuando leían libros electrónicos.
También les tomaba más tiempo quedarse dormidos, dormían menos profundamente y estaban más cansados a la mañana siguiente.
Según la doctora Revell deberíamos minimizar el uso de estos dispositivos al atardecer, particularmente los adolescentes, que usan sus celulares y tabletas hasta tarde.
El problema según Charles Czeisler, que lideró el equipo de investigación, es que “la luz emitida por la mayoría de los dispositivos de lectura electrónica brilla directamente hacia los ojos del lector, mientras que desde el libro impreso o el Kindle original, el lector sólo está expuesto a la luz reflejada de las páginas del libro”.
Según dijo Czeisler a la BBC, la perturbación del sueño tiene efectos sobre la salud.
“Se ha demostrado que la deficiencia de sueño aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, y de cáncer”, dijo.
“Por eso nos preocupa la supresión de melatonina que observamos entre los participantes de este estudio, cuando leían en dispositivos electrónicos con luz integrada”, concluyó.
La doctora Victoria Revell, que no participó en el estudio pero investiga el impacto de la luz sobre el cuerpo en la universidad inglesa de Surrey, le dijo a la BBC que se trata de unos resultados muy interesantes.
“Deberíamos recomendarle a la gente que minimice el uso de estos dispositivos al atardecer, particularmente a los adolescentes, que usan sus celulares y tabletas hasta tarde”, dijo.
Los adolescentes tienen naturalmente un reloj biológico “retrasado”, lo que hace que les cueste levantarse por la mañana y se duerman tarde por la noche.
Según Revell, la práctica de leer con dispositivos con luz integrada antes de acostarse podría estar retrasando ese reloj mucho más.
El investigador Czeisler concuerda en que hay una “preocupación especial” por los adolescentes, que ya tienen privación del sueño por tener que levantarse temprano para ir al colegio.

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