viernes, 11 de noviembre de 2016

El punto G y el muslo del amor *La Granada*

Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).

Verdades y mentiras

El punto G es lo que la mujer experimenta el mayor placer durante una relación sexual.

Así ha sido comprobado en diversos estudios por los especialistas en sexología.

La importancia del punto G es que constituye la fuerza de una especie de eyaculación femenina.

Los expertos han comprobado que cuando en esa zona es estimulada durante el encuentro intimo la mujer expende un liquido, ese liquido en realidad no es orina en realidad se trata de un liquido claro que, según los análisis de laboratorio que se han llevado a cabo, se componen mayoritariamente, de fosfatasa Asia. La misma sustancia química que contiene el semen de los hombres. EN 1950, EL FISIOLOGO GRAFENDURG DESCUBRIÓ EN EL CUERPO FEMENINO CIERTA AREA A LA QUE NO SE LE HABIA PRESTADO ATENCION. A PESAR DE QUE SE SABE POCO SOBRE ESTE INVESTIGADOR, SU NOMBRE HA PASADO A LA POSTERIEDAD POR SU APORTACION AL CONOCIMIENTO DE LA SENSUALIDAD HUMANA.
El punto G o punto de grafendurg, no es difícil de alcanzar. Los sexólogos modernos lo han ubicado con exactitud: ocupa entre 1 y 3 centímetros en la pared superior de la vagina. Debajo de la vejiga de a poco mas de 2 centímetros detrás del hueso púbico, el punto G no tiene nada que ver con el llamado muslo del amor. Este último es el muslo pubococcygeus (MP) que sostiene los órganos del abdomen del apéndice. La conformación del muslo del amor no es semejante a la del punto G.

Tiene forma circular. Con bordes anulares. Y una anchura de 20 a 25 milímetros, y cubre un área más grande que cualquier otra cubierta por otro muslo de cuerpo.

El muslo del amor es propio tanto del cuerpo femenino como del masculino, en los varones también sostiene los órganos del abdomen y la pelvis, al MP se le conoce como el muslo del amor porque es el que se contrae durante el orgasmo, además, si se controla a voluntad, le garantiza a la mujer el orgasmo; y al hombre, el dominio sobre la eyaculación y la posibilidad de experimentar orgasmos múltiples.

El muslo del amor se adiestra mediante ejercicio, uno de los más reconocidos es el de kegel. Que consiste en comenzar a orinar y, luego. Y retener durante algún tiempo la micción para después relajarse, este ejercicio se puede realizar a lo largo del día. Sin necesidad de orinar, el doctor Arnoldo Kegel de la clínica mayor de los estados unidos, creo el ejercicio en 1952 para aliviar la incontinencia urinaria pero jamás imagino sus efectos colaterales, descubiertos años después por los sexólogos.

El musculo del amor tuvo una función distinta en la época de los primeros homínidos.


Este musculo vigoroso controlaba los movimientos de la cola de aquellos antecesores del ser humano.

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