lunes, 9 de julio de 2018

Los remotos pueblos de Chile cuyos habitantes tienen miedo de denunciar a los curas por casos de abusos sexuales *La Granada*

Hombre frente a Cristo levantando la manoEn el café de la plaza central de San Vicente de Tagua Tagua suena "Like a Virgin" de Madonna.
El local es el centro neurálgico de esta ciudad de 47.000 habitantes, ubicada en el centro sur de Chile. Acá la mayoría se conoce y durante los últimos días uno de los temas recurrentes entre sándwiches que van y vienen es la suspensión del párroco del pueblo, acusado de participar en una red de sacerdotes ligada a la prostitución y abuso sexual de menores conocida como "La Familia".

San Vicente es una metrópolis comparada con los pueblos aledaños.
Rodeados por la Cordillera de la Costa chilena, las nubes de un invierno adelantado cubren pueblos esparcidos entre viñas y plantaciones.
Pero tras la denuncia de una testigo, Elisa Fernández, en un reportaje de la estación de televisión chilena Canal 13, la apacible zona se convirtió en el epicentro de un nuevo escándalo en la Iglesia católica chilena.
14 sacerdotes fueron suspendidos de sus funciones mientras se realiza una investigación canónica sobre "La Familia" (también conocida como "La Cofradía") y el histórico obispo de la diócesis, Alejandro Goic, fue el cuarto al que el papa Francisco le aceptó la renuncia luego de que todos los obispos chilenos se la presentaran en mayo pasado por los reiterados y expandidos escándalos de abuso sexual.
La justicia penal, por su parte, también investiga los hechos y tiene actualmente 17 imputados investigados por la eventual comisión de delitos y por encubrimiento.

"He llorado mucho"

"He llorado mucho", le dice una feligresa de San Vicente a BBC Mundo justo antes de entrar a su misa diaria. Ha sido catequista de primera comunión por 30 años y ha conocido varios curas que han pasado por el pueblo. Está impactada.
La parroquiana, que pide no se revele su nombre, cuenta que no era muy cercana al religioso suspendido. "Desde que llegó, se dedicó a promover la pastoral juvenil", quitándole prioridad a otras actividades, asegura.
Tratamos de hablar con la secretaria parroquial para obtener más detalles, pero el silencio es absoluto. "Cualquier cosa vaya al obispado de Rancagua y pregunte allá", nos dice y aclara que no hay sacerdote a cargo ni misas diarias.
Sin embargo, 15 minutos después aparece un sacerdote a hacer el servicio de las 12 pm al que asisten unas 10 personas.
Intentamos acerarnos a él al terminar, pero se encierra en la sacristía. "Se fue el padre", nos dice una mujer recién salida de misa, insistiendo en que nos vayamos.
Sin embargo, otra nos aclara que la sala no tiene otra salida más que en la que estamos. "Tengo que cerrar", dice el mayordomo invitándonos a salir.
Iglesia de San VicenteDerechos de autor de la imagenCONSTANZA HOLA/BBC MUNDO
Image captionSan Vicente de Tagua Tagua es una metrópolis comparada con los otros pueblos de la zona donde, acusan, operaba la red.
"Podemos estar apesadumbrados, tristes, pero nunca derrotados", comenta la catequista del principio y dice que espera que los tribunales hagan justicia.
Tras la denuncia de Elisa Fernández, la fiscalía abrió una causa que incluyó una medida inédita: la incautación de documentos de los tribunales eclesiásticosante la negativa del representante del Vaticano de entregar información.
"La razón de la incautación de todas las investigaciones canónicas previas fue la existencia de un sistema de investigación paralelo llevado por y ante la Iglesia católica relativo a delitos cometidos contra menores de edad", le explica a BBC Mundo Emiliano Arias, el fiscal regional a cargo del caso.
Este sistema "aumenta el riesgo de que los imputados destruyan los medios probatorios y de que estos mismos influyan en otras víctimas o testigos". Este sistema paralelo, al no compartir los antecedentes con la justicia penal, "genera impunidad".

Ni rastro de los curas

Los viñedos decoran el camino entre San Vicente y Peumo, la segunda localidad que visitamos.
Viñedos en el caminoDerechos de autor de la imagenCONSTANZA HOLA/BBC MUNDO
Image captionLas viñas y plantaciones adornan el modesto camino entre estos pueblos.
La parroquia de este pueblo es una de las más antiguas de Chile. Con más de 350 años, por ella han pasado distinguidos personajes de la historia local. Pero ahora está cerrada. No hay cura, ni secretaria, nadie, excepto la persona de la limpieza que amablemente nos contesta que volvamos después.
Al lado de la casa parroquial se ubica "la parcela del cura" como la denominan los locales, un terreno patronal muy superior en tamaño a la vivienda de un peumino promedio. Pero del líder espiritual ni rastro desde que explotó el caso.
El párroco de Peumo también está en el grupo de los imputados.

Hasta el alcalde está sorprendido. "El más interesado en saber [de la supuesta red] soy yo", le comenta a BBC Mundo desde la Municipalidad, ubicada frente a la iglesia. Su preocupación no es menor; el religioso se desempeñaba como profesor de filosofía de uno de los liceos locales.

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